Energía Oceánica: ... y a toda vela (parte 2)

Mientras que en la primera parte observábamos la increíble evolución y prometedor futuro de las que se desvelan hoy en día como las dos principales tecnologías de generación eléctrica marina (eólica y mareomotriz), en esta segunda parte pretendo poner de manifiesto que no son las únicas soluciones que vamos a encontrar en un futuro en los océanos, y que este medio permite un aprovechamiento extensivo de sus recursos energéticos.

El discurso emprendido por la primera parte: "Energía Oceánica: Viento en popa ... (parte 1)" puede así continuarse con la descripción de otras tecnologías energéticas que resultan más que prometedoras, como por ejemplo:



La energía de las olas.

Otro movimiento perpetuo que presentan todos los océanos son las olas, un movimiento que quizás por lo evidente y visual que resulta en cuanto a su fuerza, muchas veces destructiva, ha inspirado desde el principio de los tiempos a numerosos investigadores e inventores.

photo credit: pericoterrades via photopin cc

De hecho, la energía de las olas o energía undimotriz es el área de la energía marina que más patentes presenta y que mas diversos métodos ha desarrollado para el aprovechamiento energético de este movimiento perpetuo, coexistiendo casi todos estos conceptos en la actualidad sin que ninguno de ellos haya conseguido destacar de una forma especial.

Una de las técnicas con las que más se ha experimentado es la de OWC (Oscillating Water Column), que consiste en una cámara semisumergida en la que la columna de agua sube y baja debido al movimiento generado por las olas, lo que genera un juego de presiones y depresiones en el aire de la cámara que encuentra su salida a través de un conducto, donde se instala la turbina bidireccional, la cual es capaz de aprovechar la energía contenida en el flujo de aire, tanto cuando entra como cuando sale empujado por las olas.

Aunque el concepto es "antiguo" el desarrollo tecnológico completo no se ha producido hasta estos últimos cinco años. De hecho, no fue hasta el pasado 25 de octubre cuando la compañía australiana Oceanlinx anunció la instalación de su primer generador "modelo greenwave" a escala comercial, con 1 MW de potencia, en el puerto de McDonnell (Australia), siendo el primero a escala mundial de estas características, y previéndose desarrollos en los próximos años que llegarán seguramente hasta los 10 MW, según la empresa.

Normalmente este sistema se monta sobre estructuras de hormigón que se depositan sobre el suelo marino, a profundidades de entre 10 y 15 metros, permitiendo incluso actuar como arrecifes artificiales o rompeolas para proteger la costa, o se incluye sobre arrecifes ya existentes integrándolos en los mismos, lo que prácticamente anula su impacto visual.

Sin embargo, existen ya evoluciones de este modelo hacia generaciones posteriores que permiten el aprovechamiento de las olas en alta mar, obteniendo así mayores rendimientos energéticos, mediante plataformas y boyas flotantes semisumergidas que utilizan el mismo efecto. Las evoluciones en este sentido están siendo más lentas, pero los rendimientos obtenidos por estas plataformas se acercan ya a los 1,75 MW según los prototipos de turbina desarrollados por empresas como Ocean Energy, Ltd.

El reto principal de este tecnología: la durabilidad, pues al estar sometidas a las duras condiciones externas del mar pueden presentar graves deterioros que incrementan sus costes de mantenimiento.

Prototipo de boya de Ocean Energy. Foto cortesía de NREL.
También aprovechando las diferencias de presiones que produce el oleaje en el mar surge un interesante concepto de boya que utiliza el efecto Arquímedes (empuje hidrostático) que se genera en una cámara de aire cerrada y sumergida que varía su volumen en función de la presión a la que es sometida. 

La empresa AWS Ocean Energy, con el apoyo de Alstom, esta en fase de desarrollo de una tecnología comercial basada en este efecto mediante su patente tecnológica AWS-III "Archimedes Wave Swing".

La tecnología consiste básicamente en una serie de celdas con un casco de acero semisumergido e interconectadas entre si, que cuentan con un diafragma confeccionado con una goma flexible de alto rendimiento que se expande y contrae en función del movimiento de las olas. Estas expansiones y contracciones del volumen de aire generadas por el movimiento vertical de las olas se convierten así en energía neumática, y esta en energía eléctrica a través de una serie de turbinas.

El dispositivo típico propuesto por AWS para su escalado comercial tendría en un futuro unas dimensiones de unos 60 metros de diámetro y 8 de profundidad y estaría compuesto por unas doce células, pudiendo disponer de una potencia de 2,5 MW. Su sistema de amarre tradicional permitiría además su anclado en profundidades de hasta los 100 metros y la estabilidad de su estructura permitiría un mantenimiento fácil de las membranas y los dispositivos de generación.

AWS III - Versión 1/9 probada en el Lago Ness.
Escocia, Año 2010. Foto Gentileza de AWS.

Otra opción tecnológica muy utilizada, y en la que existen diversas propuestas en el mercado con fuertes opciones de comercialización, es la que busca el aprovechamiento de la oscilación vertical de las olas mediante un punto móvil que oscile (normalmente una boya), unido a otro fijo que queda anclando (normalmente en el fondo del mar, aunque hay diversas alternativas). El movimiento generado entre los dos puntos es el que permite la generación de energía eléctrica.

Bajo este concepto se encuentran muchas alternativas, como la que propone la empresa OPT - Ocean Power Technologies, que ya ha realizado diversas experiencias piloto por todo el mundo con el PowerBuoy, una boya que está compuesta por un cilindro hueco sumergido en el que hay una estructura pesada que apenas se desplaza, y que con el movimiento de las olas acciona un pistón hidráulico para generar la energía.

Imagen de la PowerBuoy de la empresa OPT - Gentileza de OREC.
Otra propuesta interesante es la que plantea la empresa sueca CorPower Ocean con su sistema WEC, con la que  Iberdrola anunció el pasado mes de septiembre el inicio del proyecto HiWave en el centro de investigación de Portugal con cerca de 15 millones de euros de presupuesto, uno de los más importantes actualmente en el mundo en energía undimotriz. 

Su sistema se basa en una boya sumergida que hace de absorbedor puntual del movimiento de las olas, transmitiéndose la energía del movimiento a través de su amarre, que dispone de un sistema hidráulico que convierte el movimiento en energía. El sistema promete una generación de energía cinco veces superior con un tercio del coste frente a sus competidores.

Pero el futuro de la energía undimotriz no pasa solo por estas soluciones tecnológicas. Además de lo visto hasta el momento, existen otros sistemas de generación de energía undimotriz conocidos como sistemas de rebosamiento, en los que la empresa WaveDragon es la abanderada por méritos propios, con una patente del mismo nombre cuyo primer prototipo, instalado en 2003, fue el primer sistema de generación undimotriz del mundo en conectarse a la red eléctrica.

A modo de "dique flotante", que se sitúa en mar abierto a unos 20 metros de profundidad, donde las olas presentan su óptimo de energía potencial para este equipo, el funcionamiento del WaveDragon es sencillo: canaliza la ola por medio de unos deflectores laterales hacia una rampa, haciéndolas ascender hasta rebosar el dique, para quedar almacenadas en unos depósitos internos que, a modo de presa, aprovechan la mayor energía potencial de la columna de agua almacenada. Así, con su progresiva liberación a través de un sistema de turbinas, se consigue generar energía eléctrica, tal y como se muestra en el siguiente gráfico.

Esquema de funcionamiento del Sistema WaveDragon.
A partir del diseño original facilitado por WaveDragon.

El WaveDragon, dispone ya en la actualidad de un modelo a escala 1:4,5 con 230 Tm de peso en los mares del norte que, tras más de 20.000 horas de funcionamiento, ha demostrado con creces su potencial de generación. 

Ahora una segunda generación de este sistema, mejorada para optimizar su operación y mantenimiento, está en vías de desarrollo y realización de pruebas. Tres veces mayor que el primero, y aproximadamente la mitad de lo que la empresa prevé como modelo estándar, el segundo prototipo se diseñará ya a escala comercial con una potencia de generación de 1,5 MW, una estructura de hormigón pretensado reforzado de unas 8,6 KTm, una envergadura de los deflectores de 170 m, y un reservorio de agua de unos 1.400 m3, que se instalará en aguas de unos 30 metros de profundidad.

La empresa mejora además su oferta tecnológica con la propuesta a futuro de utilizar la plataforma como lo que es, y aprovechar la misma para instalar dos turbinas de generación eólica offshore, que podrían llegar a potencias de hasta 2,5 MW, generando hasta el 50% de la energía y reduciendo considerablemente sus costes de implantación offshore.

En cualquier caso, el futuro se presenta interesante para esta propuesta, que en su horizonte comercial ve la posibilidad de instalar en los próximos años hasta 15 Wave Dragons con potencias de generación que irán desde los 1,5 MW hasta los 7 MW.

Fotos originales cortesía de WaveDragon.

Por otro lado, enfrentándose directamente a las olas, surge otra interesante alternativa tecnológica  que busca aprovechar el impacto que generan las mismas en su desplazamiento, que en la zona de costa puede ser una fuente interesante de energía. La idea es disponer de una superficie que haga oposición al frente de ola y, con el impacto de la misma, bascule, permitiendo así, mediante un pistón hidráulico, generar energía.

Algunas empresas, como Aquamarine Power, premio europeo 2012 por su propuesta tecnológica, apuestan por este modelo de generación mediante su sistema Oyster, que anda actualmente en la fase de pruebas de su segunda generación.

La propuesta de Aquamarine Power es una superficie abatible que, anclada por uno de sus laterales en el fondo marino, a una profundidad de 10 a 15 metros y a una distancia aproximada de unos 500 metros de la costa, se mueve por el empuje de las olas accionando dos bombas hidráulicas. Estas bombas elevan agua a presión a unas instalaciones ubicadas en la costa donde no sólo se puede aprovechar para la generación de energía, sino también para su desalinización, lo que aporta un valor añadido interesante al sistema.

El Oyster 800, segundo prototipo a escala comercial de Aguamarine Power, con 800 KW de generación, fue instalado en el EMEC para su rodaje y experimentación en junio de 2012. Ha soportado pues ya un duro invierno de trabajo y, aunque el equipo ha presentado problemas en alguno de sus sistemas de tuberías, válvulas, cableado, control e instrumentación que requirieron su desconexión durante este verano, el 28 de octubre pasado se anunciaba su "vuelta a los ruedos" con mejoras sustanciales que prometen un mejor rendimiento y una mayor fiabilidad del sistema.

Generador de energía unidmotriz Oyster 800.
Fotografías originales gentileza de Aquamarine Power, Ltd.
Bajo un concepto similar se desenvuelven también los finlandeses de AW Energy, que el pasado 19 de septiembre se unieron a DCNS y FORTUM para el desarrollo de una planta de generación undimotriz de 1,5 MW en Francia. 

Su sistema, el WaveRoller, ya probado en una primera planta piloto de 300 KW en Portugal, consiste en un panel fijado al fondo marino que permanece sumergido y flotando, sin llegar a la superficie marina, sometido al vaivén de las olas. Al moverse de un lado a otro acciona una serie de bombas hidráulicas de pistón que conectadas a un circuito de alta presión permiten la generación eléctrica directa desde el propio equipo.

Dos son las novedades importantes que aporta AW Energy en su diseño del WaveRoller: por un lado el hecho de que tanto las bombas de pistón como el circuito hidráulico o el propio generador permanezcan en el interior del panel, dentro de una estructura cerrada herméticamente, lo que aísla los componentes más delicados de su mayor enemigo, el agua marina, y por otro lado el hecho de que su sistema de fijación al fondo marino consista en un lastre que mediante un sistema de llenado y vaciado de agua permita hacer flotar todo el equipo. Ambas soluciones consiguen reducir con mucho los elevados costes de mantenimiento que habitualmente tienen estos equipos.

Por último, sólo queda hablar del que quizá sea el sistema más conocido en cuanto a generación de energía undimotriz en todo el mundo, y que ha sido decano en este ámbito a nivel mundial desde su creación en 1998: El Pelamis. 

El conversor de energía marina propuesto por Pelamis consiste fundamentalmente en secciones de tubos que flotan semisumergidas en el mar, cuyas uniones flexibles permiten un movimiento bidireccional. Al quedar a merced de las olas el movimiento generado entre las secciones acciona un sistema de generación hidráulico, contenido dentro de cada uno de los tubos, que produce electricidad.

Con dimensiones de 50 metros de largo y capacidades de generación de 750 Kw, los sistemas Pelamis P1 se han comprobado com eficientes en diversos campos de prueba y han dado lugar a una segunda generación, el Pelamis P2, con 180 m. de largo, tubos de 4 m. de diámetro y pesos de 1.300 Tm que permitirán mayores generaciones con menores costes.

Pero es que, además de las anteriores, que son quizá las más avanzadas en cuanto a ofrecer en los próximos años una solución comercial viable, surgen en los últimos años otras soluciones de interés que quiero mencionar tanto por su originalidad como por su potencial:
El Searaser, una patente del británico Alvin Smith que consiste en una especie de doble boya que actúa como un pistón, con un principio de funcionamiento similar al visto anteriormente para otras boyas, de forma que con el movimiento vertical de las olas se puede bombear agua desde el mar hasta una zona de almacenamiento elevada en la costa, pudiendo aprovechar posteriormente esta energía potencial para generar energía al devolverla al mar. 
El Vigor Wave Energy Converter, un novedoso sistema de la empresa VigorWave que se encuentra ya actualmente en fase de desarrollo de un prototipo a escala para su prueba en campo, y cuya propuesta consiste en una serie de "mangueras flexibles" que capturan el agua de mar por uno de sus extremos, generando lotes de agua que con el movimiento vertical generado por las olas se desplazan creando un diferencial de presión que puede aprovecharse en el otro extremo mediante la disposicón de una turbina de generación.
Representación gráfica del sistema Vigor Wave Energy Converter.
Cortesía de Vigor Wave Energy.
El CycWEC, de la empresa americana Atargis Energy Corporation, que interpreta las olas como un movimiento oscilatorio que se traslada y propone utilizar algo similar a una hélice cicloidal, con un eje horizontal y dos palas. Esta tecnología, dispuesta frente al movimiento de llegada de las olas, se sincronizaría con las mismas, anulando el frente y generando un movimiento rotatorio que permitiría generar energía eléctrica. 
El sistema de generación de vaivén que el Instituto Coppe instaló ya en el 2010 en el rompeolas del puerto de Pecém, en Brasil (aunque se inauguró oficialmente el verano de 2012). El sistema propone unos módulos que consisten en un flotador de unos 10 metros de diámetro y un brazo mecánico que lo une a la costa de unos 22 metros y que oscila según el flotador sube o baja haciendo que se accione un circuito hidráulico de alta presión que permite generar energía eléctrica.
 
Central Undimotriz en Brasil - Gentileza de Energías renovadas

 
De esta forma, prácticamente confinada a las latitudes más templadas entre los 40º a 60º sur o norte, donde la energía del oleaje es mayor, así como limitada por las rutas comerciales marítimas o por los rigores de la superficie marina en muchos de los casos, y condicionada por los altos costes de operación y mantenimiento de una tecnología que todavía presenta sus primeros diseños, la energía de las olas tiene todavía mucho que avanzar para convertirse en un recurso energético renovable y rentable.  

Aún así, el enorme abanico de posibilidades existente actualmente (ya sólo en este artículo hemos expuesto cerca de 15 alternativas), un potencial cifrado en unos 2.000 TWh/año de generación eléctrica a nivel mundial, con una densidad de generación 10 veces superior a la eólica tradicional que podría cubrir hasta el 20% de consumo mundial de energía, y la posibilidad de alcanzar costes tanto de desarrollo como de operación y mantenimiento mucho mas reducidos que la energía mareomotríz o incluso la eólica marina en muchos casos, podrían ubicarla en pocos años en la cabeza de las energía renovables marinas.



La energía de la sal.


La disolución del agua dulce de los ríos en el agua salada del mar es otra fuente de energía renovable inagotable que el ser humano deja escapar constantemente y que en los últimos años se está empezando a tener en cuenta como fuente renovable bajo la denominación de "energía azul".

El principio de explotación es bien sencillo. Si pensamos en que utilizamos energía para forzar procesos de ósmosis y electrodiálisis que permitan separar el agua y la sal del mar, para generar agua dulce (desaladoras), es lógico pensar que el proceso contrario de disolución de agua y sales en estos mismos sistemas nos tiene que llevar a la generación de energía.

Así, existen dos formas de generar energía en la desembocadura de los ríos:

Sistema Statkraft de retardo de presión osmótica.
Gentileza de Statkraft
La primera de ellas sería utilizando la técnica de "Retardo de la presión osmótica". En esta lo que se hace es bombear agua fresca y agua de mar a dos tanques separados por una membrana artificial semipermeable que hace que se produzca el fenómeno físico conocido como ósmosis, según el cual el agua fresca pasa al tanque del agua de mar incrementando la presión en este lado. Es precisamente este incremento de presión el que se aprovecha para generar energía mediante una turbina


La segunda opción sería utilizar la electrodiálisis pero de forma inversa, forzando mediante membranas selectivas a que la disolución del agua salada en el agua dulce genere, mediante membranas selectivas, una separación de las sales que termine por generar una corriente selectiva.

Aún en pañales, ambas tecnologías no terminan de desarrollarse lo suficiente a escala industrial pero prometen también ser una alternativa de interés en un futuro. Tan sólo hay que pensar en el volumen de agua dulce que desemboca a diario en los mares y océanos en todo el planeta y cuyo potencial energético estaría cifrado según algunos autores entre los 1,4 y 2,6 TW, con la ventaja añadida de que su vertido es constante y sostenido en la mayor parte de los casos.

Por lo pronto la única experiencia conocida por el autor del lado de la ósmosis retardada es la llevada a cabo por la empresa Statkraft, que ha construido junto a Sintef, una planta de generación eléctrica mediante un sistema de retardo de la presión osmótica. La planta situada en Tofte, en los fiordos noruegos, y en marcha desde noviembre de 2009, es sólo un prototipo que utiliza 10 litros de agua fresca y 20 litros de agua salada por segundo para una potencia de generación de 2 a 4 Kw.

Evidentemente, la potencia generada es poca, y la empresa considera que ya sólo con la mejora en el diseño de las membranas se podría llegar a triplicar, pero sirve como modo de demostración de la viabilidad del concepto.

Fotografías originales gentileza de Statkraft

Del lado de la electrodiálisis inversa la empresa holandesa RedStack, una spin-off del centro de investigación Wetsus, es una de las pioneras en investigar esta tecnología. Sin embargo, el escalado de la misma tampoco ha pasado todavía de plantas pequeñas, como la puesta en marcha en 2005 en Harlingen (Países Bajos) con unos 50 Kw de generación.




La energía térmica del agua.

Por último, una de las alternativas más novedosas en este campo de las energías renovables, es la que se da mediante el aprovechamiento del gradiente térmico existente en los océanos entre el agua superficial (donde el agua captura y acumula la mayor parte de la energía solar) y el agua profunda (donde se dan los valores más bajos de temperatura), en lo que se denomina como Conversión de la Energía Térmica Oceánica (OTEC, por sus siglas en inglés) o energía maremotérmica.

El funcionamiento se basa en la utilización de máquinas termodinámicas especiales que trabajan a temperaturas bajas y que aprovechan un diferencial de temperaturas dado para generar un ciclo de potencia de vapor. Básicamente la tecnología puede presentarse de dos formas distintas:
La primera es un sistema de ciclo cerrado que busca usar el agua superficial caliente (a unos 25ºC) para calentar un líquido con un punto de ebullición inferior a la temperatura del agua usada y evaporarlo, mediante un intercambiador - evaporador. Dicho vapor podría mover una turbina de baja presión que es la que generaría la electricidad, para posteriormente ser llevado a otro intercambiador - condensador que utilizaría el agua profunda fría (a unos 2ºC - 5ºC) para enfriarlo, condensarlo y devolverlo, mediante bombeo, a la fase de evaporación, creando así un circuito cerrado.

Como fluido de trabajo se suelen escoger compuestos cuya presión de vapor sea lo suficientemente grande a las temperaturas de trabajo, siendo comunes fluidos como el propano (con presiones de 5,5 atm a 5ºC y 9,5 atm a 25ºC) o el amoniaco (con presiones de 5,2 atm y 10,3 atm a las mismas temperaturas), entre otros.

La segunda opción es un sistema de ciclo abierto, que utiliza como fluido termodinámico a evaporar el propio agua de mar superficial capturada, llevándola a evaporación mediante la utilización de cámaras de vacío o evaporadores tipo flash, de forma que el vapor una vez tratado puede llevarse a una turbina para la generación de energía y luego condensado mediante el agua fría capturada de las profundidades.

Aunque la tecnología no es nueva en sí misma, y de hecho existen experiencias ya realizadas en Estados Unidos, Japón,  Caribe o incluso la India, los bajos rendimientos obtenidos hasta el momento habían hecho que quedase como una alternativa renovable de segunda línea, con un desarrollo lento que quedaba relegado a un segundo plano.

Y es que el rendimiento de este sistema era su primera barrera. Limitada por el Principio de Carnot, una central térmica oceánica con diferenciales de temperatura de 25ºC tendría un rendimiento teórico de generación próximo al 8%, que en la realidad se traduce a valores próximos al 4%. Por lo tanto, para generar cantidades significativas de energía necesitaría bombear también cantidades significativas de agua.

Además, teniendo en cuenta que el rendimiento quedaría supeditado al diferencial de temperatura, la tecnología queda relegada a aquellas zonas tropicales cuyo diferencial sea superior a los 20ºC, y condicionada por la necesidad de mejorar los sistemas de captación de agua a grandes profundidades, los más problemáticos.

Sin embargo, desde el año 2008, las mejoras dadas en el diseño de intercambiadores y turbinas, junto con la aplicación de otras tecnologías renovables adicionales como la termosolar, para el calentamiento adicional del agua superficial incrementando así el diferencial, y la posibilidad de generar además subproductos de utilidad, como el agua dulce, han hecho que esta tecnología haya experimentado un relanzamiento y haya recuperado el interés de muchas empresas y gobiernos.

Los proyectos a lo largo de todo el mundo se han multiplicado tanto en lo que respecto a plataformas offshore como a proyectos en tierra u onshore, con plantas que ya se encuentran funcionando, con capacidades de generación próximas a los 5 MW, y proyectos que presentan capacidades de generación que van de los 10 MW a los 50 MW.

En el caso de las plantas de generación en tierra, se ha encontrado además que la generación maremotérmica podría aportar innumerables ventajas en las zonas de implantación, entre las que se encuentran las siguientes:
  • Proporcionar un suministro constante de energía en zonas aisladas, como islas o archipiélagos, donde la generación y/o transporte de la energía es un problema.
  • Aportar además cantidades ingentes de agua dulce procedente del mar, sin necesidad de instalar costosos sistemas de desalinización, con estimaciones de 4.500 m3 de agua dulce al día por MW instalado y que podrían utilizarse tanto para consumo humano como para la agricultura.
  • Utilizar el agua fría capturada en profundidad para proporcionar frío adicional a los sistemas de refrigeración y/o aire acondicionado utilizados habitualmente en las zonas más cálidas, utilizando sistemas SWAC (Sea Water Air Conditioning) que producirían un ahorro energético cercano al 90% del consumo eléctrico.
  • Utilizar también el agua fría capturada para los invernaderos de agua marina que ya se exponían en anteriores artículos dentro de este blog, tal y como plantean algunas empresas en alguno de los proyectos que tienen en marcha.
  • Aprovechar los nutrientes recuperados de las corrientes de aguas profundas para promocionar las actividades de acuicultura en la zona.

De hecho, la energía maremotérmica se presenta actualmente como una nueva tecnología con un gran potencial, y así lo han entendido empresas como la francesa DCNS, que cuenta actualmente con una planta piloto onshore en la isla francesa de La Réunion, y que dispone de varios programas para el desarrollo de plataformas offshore técnica y económicamente competitivas, o los americanos especialistas en aeronáutica de Lockheed Martin, que disponen de un departamento específico para el desarrollo de energía maremotérmica.

Además, otras empresas, como Bluerise, los japonesas GEC, los americanos Sea Solar Power, o los ingleses Energy Island, apuestan firmemente por este área de las energías renovables, y hacen de la misma su línea principal de negocio, integrándola en proyectos de gran envergadura para la generación eléctrica y de servicios auxiliares.
De hecho, Bluerise es una de las abanderadas del OTEC actualmente, y su participación activa en el proyecto de Ecoparque en la Isla de Curaçao, le ha hecho merecedor este mismo año del premio Sustainia 2013.


Referencias recomendadas:

En otros temas relacionados:
En temas de Energía de gradiente térmico:
En temas de Energía de gradiente salino:
En temas de Energía Undimotriz, dejo "una pila" de enlaces a las distintas empresas de generación de energía que actualmente parecen destacar en esta materia:

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