El coche eléctrico a análisis

Foto de una señal de recarga de coches en París.
Foto de RachelH en FlickR
El acceso a una movilidad urbana sostenible a través de los vehículos eléctricos parece que es ya una realidad, y creo que en muy poco tiempo será muy común empezar a encontrarse coches eléctricos por la ciudad, por lo que conducir un coche no tendrá por que suponer que los conductores seamos responsables directos de la mala calidad del aire dentro de nuestras ciudades.

Muchos indicadores apuntan a que el coche eléctrico puede empezar a convertirse en una alternativa interesante, y en los últimos años han empezado a moverse los diversos mecanismos necesarios para introducir este producto en los mercados (y me refiero tanto a los políticos como a los económicos, los sociales, etc).





El Foro Económico Mundial lo presenta para el 2014 como una de las 10 principales tendencias tecnológicas a tener en cuenta, augurándole un espléndido futuro, y las principales marcas apuestan ya por incluir un modelo eléctrico o con funcionamiento a baterías dentro de su oferta habitual, más allá incluso de los vehículos híbridos que ya han sido adoptados de forma extensiva por todas la marcas incluso para muchos de sus modelos. A modo de dato sirva decir que tan sólo en 2 años la oferta de vehículos eléctricos se ha incrementado en un 180% en cuanto al número de modelos disponibles en el mercado.

De hecho, la evolución de la oferta y la demanda, desde que en 2010 las principales marcas empezasen a sacar sus modelos eléctricos, parece que también apoya esta teoría de crecimiento, aunque no sea con el optimismo desmesurado que algunos habían establecido en sus objetivos o previsiones iniciales.
Crecimientos como el que preveía el Plan Movele Español, con un objetivo para finales de 2014 de un total de 250.000 vehículos matriculados, no parecen muy realistas, y mucho menos si el cambio de tendencia se pretende alcanzar en dos años. Basta decir que en la actualidad, una vez finalizado el plan, son poco más de 1.500 los vehículos eléctricos los que circulan por nuestras carreteras.
Durante el 2013 se vendieron en España unos 811 vehículos eléctricos, lo que aunque parezca poco supone un 85% más que el año pasado. Eso sí, la oferta actualmente disponible en el mercado es mucho más variada, por lo que el "pastel del vehículo eléctrico" ahora se tiene que dividir entre muchos más fabricantes.

En cualquier caso, esta cifra no deja de ser algo testimonial (sólo un 0,1%) frente al volumen total de vehículos vendidos en España este último año, unos 723.000 automóviles. Y desde luego que no llegaremos a las cifras de otros países como Noruega, líder mundial en venta per cápita de vehículos eléctricos, donde los coches a batería alcanzaron una cuota de mercado del 5,2%.

En otros países la tendencia también ha sido al alza, sólo para los coches 100% eléctricos se dan cifras cómo:
  • Francia, líder europeo en el volumen de venta total de coches eléctricos, vendió en 2013 un total de 8.779 unidades, lo que supone un incremento de cerca del 55% frente al año anterior.
  • Un incremento similar se experimenta también en Alemania, donde se matricularon el año pasado un total de 6.051 vehículos eléctricos.
  • En el caso del Reino Unido el incremento respecto al 2012 ha sido del 99%, y las ventas totales de coches eléctricos han ascendido hasta los 2.512 vehículos en el último año.
  • Idéntico incremento es el que se experimentó en Noruega, que como hemos dicho es líder mundial, y donde en 2013 se vendieron un total de 7.882 vehículos, llegando incluso algunos meses a liderar el volumen de ventas frente a los convencionales.
  • En Estados Unidos la venta de vehículos eléctricos en el año pasado fue de 46.148 vehículos, lo que supone un incremento del 228%.

Por otro lado, la apuesta de muchos países por afianzar el coche eléctrico como un modelo rentable para la movilidad urbana es también patente:
  • Muchos países están ofreciendo fuertes ventajas económicas y fiscales para aquellos que quieran adquirir un vehículo eléctrico, con ayudas a la compra muy cuantiosas (que en España han alcanzado los 5.000 Euros por la compra de un coche eléctrico en el último año) y desgravaciones fiscales muy interesantes en los impuestos asociados a estos vehículos.
  • Ciudades como Madrid o Barcelona, fomentan el uso del vehículo eléctrico en sus calles mediante medidas muy interesantes como la liberación del pago por el estacionamiento en algunas de las zonas reguladas, la reducción de impuestos, o la autorización para el uso del carril Bus-VAO.
  • Las políticas de muchos países, como así ocurre en el caso de las políticas europeas, van encaminadas a fomentar una movilidad más sostenibles y prevén medidas como el incremento en el número de puntos de recarga, la regularización de tarifas especiales en la electricidad, etc.
En definitiva, los testigos apuntan a que el 2014 podría hablarse mucho del coche eléctrico, y a que podríamos empezar a verlo mas habitualmente por nuestras calles, razón por la que creo que es interesente que hagamos un análisis más exhaustivo de este fenómeno y de lo que se esconde tras el:

   ¿Qué retos quedan por alcanzar?
        ¿Es rentable un coche eléctrico?
          ¿Para quién es el coche eléctrico? 
               ¿Qué tengo que evaluar a la hora de comprarlo?
                       ¿Qué nos ofrecen en cuanto a movilidad sostenible? 


No es eléctrico todo lo que reluce.

En el mercado de los "coches eléctricos" nos podemos encontrar con multitud de propuestas tecnológicas para la propulsión de los vehículos que tendremos que saber diferenciar correctamente para comprender las prestaciones que nos ofrecen y a cambio de qué.

Si tenemos una extraordinaria conciencia ecológica, se adapta a nuestras necesidades de movilidad, y queremos que el impacto de nuestra conducción sea el mínimo, deberemos optar por comprarnos un coche eléctrico 100%, también denominados como "BEV". En estos casos nuestro motor será exclusivamente eléctrico y no podrá suministrarse de otras fuentes alternativas más allá de lo que es su recarga mediante conexión directa a la red eléctrica.

El principal problema de los coches BEV sigue siendo su autonomía. Si bien se ha mejorado con mucho este problema desde las primeras unidades puestas en el mercado, y actualmente un coche 100% eléctrico tiene una autonomía media de unos 185 km, su rango de movilidad parece que lo delimita al entorno urbano.
Es cierto que la mayoría de los desplazamientos realizados en coche no superan los 60 km y se producen en el entorno urbano, donde el coche eléctrico no tiene competencia, sin embargo sus limitaciones en caso de largos viajes son evidentes.
Frente a esto hay quien defiende sus virtudes como coche ideal para desplazamientos habituales por la ciudad, utilizándolo como primer utilitario, y dejando al coche de combustión interna como vehículo de uso puntual para largos viajes.... de hecho, esto sería lo ideal, aunque sólo para quien se pueda permitir tener dos coches.
Ante el "problema" que nos puede ocasionar la autonomía del vehículo, más aún teniendo en cuenta que la red de estaciones de recarga eléctrica es aún hoy en día limitada (lo que no significa solamente pequeña), algunos fabricantes proponen una versión del coche eléctrico con lo que se denomina como "autonomía extendida".

Los coches de autonomía extendida, también conocidos como "REEV" son aquellos coches que cuentan con un pequeño motor de combustión interna diseñado para generar electricidad e ir recargando la batería, incrementando así la autonomía del vehículo hasta cifras de un vehículo tradicional, o incluso superiores.

En este caso, a mi me gusta diferenciar dos tipos de coches REEV
  • Aquellos cuya principal función es mover el coche con la electricidad de una batería, manteniendo la autonomía habitual y el espíritu de un coche 100% eléctrico, pero contando con un pequeño motor de combustión que dispuesto en serie recargará la batería para mantener la movilidad sólo cuando se esté agotando.
  • Aquellos que con su concepto rozan ya el coche híbrido, y cuya batería tiene una capacidad más pequeña y por lo tanto una autonomía muy limitada, alrededor de los 60 km, y fundamentalmente buscan la generación de electricidad mediante un motor de combustión interna cuando se supera dicha autonomía, o incluso cuando el motor precisa de mayor empuje.
A partir de aquí están ya los más que conocidos coches híbridos, que disponen de un motor eléctrico, con una autonomía y funciones de impulsión del vehículo más limitadas, y otro motor de combustión interna que funciona en paralelo. El objetivo no es el modo de conducción eléctrico, sino reducir el consumo de combustible del vehículo por encima de porcentajes del 25% mediante el funcionamiento de un motor eléctrico en paralelo que realiza funciones como el arranque, la conducción a baja velocidad (conducción urbana), o el apoyo en puntas de velocidad.

Dentro de estos últimos, en los últimos años están empezando a extenderse también la comercialización de los vehículos híbridos enchufables, que aunque continúan siendo híbridos y tienen la autonomía propia del motor de gasolina/gasoil que utilicen, permiten a su usuario recargar la batería enchufándola y alargar su uso eléctrico en ciudad sin consumir combustible, lo que puede llegar a rebajar considerablemente el consumo del vehículo si la mayor parte de la conducción realizada es por el entorno urbano.


Recargar un coche eléctrico.

La recarga del coche eléctrico es un aspecto importante del mismo y, en aquellas ocasiones en las que estemos circulando con un coche 100% eléctrico puede llegar a suponer un cierto nivel de estrés añadido, si es que estamos requiriendo a nuestro vehículo un nivel de autonomía cercano a su límite.

Lo primero que debe tener en cuenta un usuario de coche eléctrico es que este tarda horas en recargar sus baterías (aunque la mayoría de los modelos disponen de sistemas de carga rápida que pueden proporcionar cierto nivel de carga en 30 o 45 minutos),  por lo que cambia radicalmente el concepto de uso del vehículo eléctrico frente a uno convencional, y más aún si se quiere utilizar para desplazamientos largos por carretera.

Por otro lado, la previsión de los fabricantes de vehículos eléctricos, así como de las propias compañías eléctricas, ha sido siempre la recarga del vehículo eléctrico en el domicilio particular, pensando así en la recarga nocturna de las baterías para su uso al día siguiente, llegando incluso a fomentarse el uso de tarifas supervalle. 

Esto ha terminado por propiciar que los domicilios se conviertan en estaciones de carga particulares, adoptando distintos formatos de carga, y abandonando en parte el diseño de una red adecuada de puntos de recarga de acceso público.

Fuera del domicilio particular, la recarga que más puede interesar al conductor de un coche eléctrico puede ser la denominada "carga rápida", pues permite recuperar la autonomía del vehículo en un tiempo inferior a la hora. En este punto el conductor de un coche eléctrico debe tener en cuenta que el número de puntos de recarga actualmente disponibles es reducido, que de ellos no todos dispondrán del sistema de carga rápida, o que incluso en el caso de que dispongan del mismo, no todos serán compatibles con su vehículo, lo que le obliga a planificar con anterioridad su viaje.

Un aspecto relevante en este punto es la guerra abierta en el caso de los formatos de carga rápida, guerra que se centra fundamentalmente en los cargadores del modelo CHAdeMO de los japoneses, frente al modelo de carga rápida CCS Combo 2 de los Europeos (respaldados también por Europa mediante la norma IEC 62196-2), o incluso el modelo Mennekes utilizado por Renault y algunos fabricantes chinos, fundamentalmente. Esto hace que, de los pocos puntos de recarga rápida públicos existentes, el conductor pueda encontrarse con uno no compatible.
En esta línea parece ser que Europa se va a decantar por el modelo CCS Europeo, que va a obligar a instalar en todos los puntos de recarga rápidos para el 2020, y que incluso podría llegar a obligar a los fabricantes de vehículos a disponer como estándar en la Unión Europea, prohibiendo otro tipo de formatos.

En España existen en la actualidad cerca de 1300 puntos públicos de recarga de vehículos eléctricos, casi todos ellos correspondiendo a puntos de recarga lenta (algo poco útil para los casos en los que habitualmente se pueden requerir los mismos). En ocasiones, el nivel de conservación de los mismos es escaso, e incluso puede llegar a mantenerlos "fuera de servicio" (algunos estudios realizados por asociaciones de consumidores han llegado a apuntar hasta porcentajes del 50% de puntos fuera de servicio).

En todo caso, este panorama tiene visos de cambiar en los próximos años, pues Europa prepara un ambicioso objetivo para incrementar los puntos de recarga eléctricos (junto con las hidrogeneras, o las estaciones de GLP y GNC), que obligará a España a tener una red con cerca de 47.000 puntos de recarga, y esperemos que en mejores condiciones que los actuales.


¿Ahorraré dinero?

Foto de Ministerio de Fomento- Flota AENA.
Lo primero que todo buen consumidor debe preguntarse cuando va a comprar cualquier artículo, sobretodo cuando hay en el mercado otros artículos ya consolidados, y más cuando estamos hablando de cantidades económicas importantes es: ¿Ahorraré dinero? o, por lo menos, ¿Me va a salir rentable?

De hecho, aunque algunos consumidores (entre los que me incluyo) pagaríamos más por un producto que garantice un menor impacto ambiental, es sano hacer comparativas y saber cual es el coste económico y la rentabilidad que ofrece el producto que estamos comprando.

Pues bien, aquí realizaremos una serie de cuentas básicas para intentar hacer una comparativa y dilucidar la rentabilidad de los vehículos eléctricos (los BEV) frente a los convencionales, aunque evidentemente omitiremos el uso de marcas o modelos concretos y se ofrecerán cifras genéricas aproximadas.

Pongamos un coche de gasolina estándar de 80 CV con un consumo de 4,7 litros a los 100 km, y supongamos que el precio de la gasolina esta en 1,5 Euros el litro (*1). Al final el coste aproximado podemos cifrarlo en 7,05 Euros a los 100 km

Ahora hablemos de un coche eléctrico de similar potencia, cuyo consumo andaría sobre los 12 Kwh a los 100 km, y pongamos que el precio de la luz se nos queda en unos 0,15 Euros/Kwh (*2), al final el coste se queda en 1,8 Euros a los 100 km, por lo que podemos deducir que nos cuesta mucho menos movernos con un coche eléctrico.

Visto desde el punto de vista del mantenimiento, un coche eléctrico ofrece también ventajas muy interesantes. Al no tener prácticamente componentes mecánicos, su mantenimiento no requiere las habituales operaciones de sustitución de filtros, aceites, etc, y puede resultar hasta un 54% más barato que un coche de gasolina.

Por contra, hoy por hoy tenemos que tener en cuenta que el precio de un coche eléctrico es, en muchas ocasiones, el doble del que nos podemos encontrar para un coche de gasolina similar, aunque también hay que decir que estas diferencias pueden variar sustancialmente entre las distintas marcas y modelos, lo que pone de manifiesto la importancia de buscar, y muy bien, la marca y modelo que mejor se adapta a nuestras necesidades y bolsillos.

En todo caso, si hacemos unas cuentas básicas, y pensamos que nuestro coche de 80 CV cuesta unos 11.000 Euros en su versión gasolina, es fácil que nos encontremos con que la "misma versión" en coche eléctrico nos puede salir por unos 22.000 Euros, por lo que al coche eléctrico tendríamos que hacerle, en el peor de los casos, cerca de 130.000 km para recuperar la inversión extra realizada (*3) ... a partir de ahí, eso sí, la inversión estaría recuperada y el ahorro sería más que interesante.

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*1 El consumo establecido para el ejemplo es el que se corresponde con el declarado como promedio por las marcas para esta potencia, y el precio de la gasolina el que existía hace unos meses, precio máximo en 2013, seguramente habría que tener en cuenta el paulatino incremento del mismo y que seguramente el consumo podría ser superior.

*2 El mismo factor aplicable a la gasolina, de incremento de precios, sería aplicable a la electricidad, y más teniendo en cuenta su evolución en el mercado español. No obstante, como es un cálculo aproximado se ha optado por adoptar el precio máximo alcanzado en 2013.

*3 En esta última línea de cálculo el autor ha considerado unos costes medios por mantenimiento habitual del vehículo convencional de 3,5 Euros/100 km, y un 56% menores para el coche eléctrico, así como costes de vehículos sin contemplar subvenciones ni ayudas, o ahorros indirectos, siendo un cálculo muy conservador y benévolo para el coche convencional.
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¿Emisión de CO2 = 0?

Aunque soy un firme defensor del coche eléctrico, y considero que es una solución real a los problemas de contaminación urbana y movilidad sostenible, que por otro lado son cada vez más acuciantes en nuestras grande urbes, nunca podré aceptar el uso de una mentira para apoyar una tecnología, sistema o modelo "ecológico", pues creo que al fin y al cabo corrompe la bondad real que hay detrás de él.

photo credit: albertma. via photopin cc

Utilizar un coche eléctrico no supone que no emitamos CO2, ni mucho menos, aunque legalmente se pueda decir, y los coches eléctricos suelan hacer gala de esta "publicidad". Seguimos utilizando energía para movernos, y la única diferencia es que esta energía nos la generan otros para poder cargar con posterioridad nuestras baterías y movernos con nuestro coche. Mientras "estos otros" no generen la energía por medios íntegramente renovables seguiremos siendo responsables de una emisión indirecta de contaminantes, y nunca podremos afirmar que somos CO2 = 0.

De hecho, si tenemos en cuenta el mix eléctrico español para 2012, el 68% de la energía generada en España era NO Renovable (y de este total todavía el 28% procede de centrales térmicas de carbón, el 21% de los ciclos combinados, y el 18% de cogeneraciones y otras fuentes distintas a la nuclear, emisoras también de CO2).

Atendiendo a este dato, el Observatorio de la Electricidad de WWF cifra en 241 gramos la emisión asociada de CO2 por Kwh neto consumido en el año 2012, por lo que si tenemos en cuenta un consumo promedio en los coches eléctricos actualmente existentes en el mercado de 140 Wh/km, estaremos hablando de una emisión de CO2 indirectamente asociada al coche eléctrico cercana a los 33 gr de CO2 por kilómetro realizado, que en cualquier caso está muy por debajo de las emisiones asociadas a los vehículos convencionales, que rondan los 160 a 250 gr de CO2 por kilómetro recorrido.
Lo que si que podemos afirmar, en cualquier caso, es que con un coche eléctrico vamos a emitir menos CO2 que con un coche convencional o híbrido, y que dichas emisiones se van a generar fuera del entorno urbano, en el que normalmente se producen con estos últimos, disminuyendo así considerablemente su impacto directo sobre los núcleos más densamente poblados.
Por otro lado, realizar un apunte más. Hemos hablado sólo del CO2, por ser el contaminante puesto de moda por el cambio climático, pero deberíamos hacer una reflexión similar con respecto a otro tipo de emisiones de contaminantes primarios que además son directamente perjudiciales para la salud, tales como los NOx, el SO2 o las partículas, pues también forman parte de la contaminación asociada de forma irremediable al tránsito de vehículos, a la problemática de contaminación de los núcleos urbanos, y al consumo de combustibles para la generación de energía.


La experiencia es un grado.

Como quiera que, y muy a mi pesar, no dispongo ni puedo disfrutar de un coche eléctrico, no solo por su precio, sino porque además mis necesidades de movilidad superan con creces lo que me ofrecen actualmente estos vehículos, por lo menos en su versión 100% eléctrica, no puedo dar mi opinión fundada sobre el funcionamiento de los mismos.

En cualquier caso, no quería elaborar este artículo sin ofrecer a los lectores de este blog la opinión de primera línea de alguien con sobrada experiencia con estos vehículos, y nadie podría ser mejor para este fin que D. Roberto San José Mendiluce, el primer taxista eléctrico de España, que desde el 2011 ofrece sus servicios con un Nissan Leaf en Valladolid, con el que ya lleva recorridos casi de 110.000 km.


Recargando el primer taxi eléctrico de España - foto de Roberto

D. Roberto San José ha accedido a responder de primera mano unas preguntas para completar este artículo del blog. Os reproduzco íntegramente a continuación tanto las preguntas como las respuestas que nos da, y que considero de especial interés para que los lectores conozcan la experiencia de un "conductor eléctrico" con muchos kilómetros recorridos:

¿Por qué te decantaste por un coche eléctrico y no por otra solución "similar"?



La respuesta es muy sencilla. La tecnología  híbrida lo conocía desde hacía  varios años por otros compañeros que habían comprado en concreto el modelo “Prius” de Toyota. Si bien es cierto, que los modelos híbridos obtienen un rendimiento superior a los de “solo” combustión interna, también es igual de cierto que los vehículos eléctricos obtienen un rendimiento muy superior. Por otra parte los coches híbridos siguen penalizados por un elevado coste de  mantenimiento. Y por supuesto emiten partículas contaminantes a la atmósfera.

 En lo relativo a los eléctricos con autonomía extendida creo que son la mejor  opción  para todos los futuros usuarios que por su trabajo o hábitos recorran a “diario” y no de forma esporádica una distancia muy superior a la autonomía que ofrecen los  “eléctricos puros”. Debemos de tener en cuenta una serie de cosas: primero, a día de hoy los vehículos eléctricos 100% ofrecen una autonomía en torno a los 200 km. Segundo, la red de puntos de carga rápida se está incrementando notablemente y los propios coches han mejorado los cargadores internos. Con ello se ha reducido el tiempo de carga domestica a la mitad de tiempo. Y planificando la carga rápida se puede ampliar sustancialmente la autonomía en una jornada de trabajo. Para terminar hay que valorar el “sobreprecio” que suelen tener este tipo de vehículos.

¿Qué criterios tuviste en cuenta a la hora de elegir entre una u otra marca?

La elección fue muy sencilla, en el mercado no había más que dos opciones: El Opel Ampera de autonomía extendida y Nissan Leaf 100 % eléctrico. El Leaf ofrecía una autonomía de 176 km. y la “gran ventaja” de contar con una punto de carga rápida instalado en el mismo Concesionario. Por su parte el Ampera contaba con apenas 40 km. en modo eléctrico y por supuesto un precio “prohibitivo” de 49.000 € antes de ayudas.

Por suerte a día de hoy contamos con una mayor variedad de modelos y los que faltan por llegar. También se han reducido de forma significativa el precio de los vehículos eléctricos, lo que sin duda ayudará a que nos decantemos por este tipo de tecnología.

¿Ha cambiado el coche eléctrico en algo tu modo de trabajo?. 

Básicamente tienes que “adaptar” tu jornada de trabajo a los tiempos de recarga de la batería. Aunque esto puede parecer en  principio “limitar” tu trabajo, no es cierto y tan solo tienes que realizar pequeños cambios de hábito. En un día normal de trabajo hay que tener en cuenta que en una mañana no se gasta toda la batería, con lo cual durante la pausa de la comida “aprovecho” para realizar la recarga de la batería y me hecho una siesta. Por la noche aprovecho la pausa de la cena para enchufar otro poco la batería.

Lógicamente no todos tenemos los mismos hábitos de trabajo, pero básicamente se trata de adaptar tus pausas  (comida, cena, siesta) a los tiempos de recarga de la batería. Para los días o momentos en los que se precise de una autonomía extra, tengo la suerte de contar a día de hoy con 2 puntos de carga rápida (30 minutos) y también existe en Valladolid un total de 34 puntos de carga modo 2. Por toda la Comunidad de Castilla y león hay instalados multitud de puntos de recarga. Todo ello favorece enormemente las posibilidades de trabajo, aumentando significativamente el rango de autonomía de los vehículos eléctricos no “solo” al ámbito urbano sino también la posibilidad de realizar desplazamientos interurbanos y provinciales.

Desgraciadamente en España no tenemos todavía una conciencia medioambiental y ecológica como llevan años concienciados los países nórdicos en especial. Este cambio se está produciendo excesivamente lento y creo que  será la generación de nuestros hijos la que realmente sienta las “bases” de la Movilidad Eléctrica, las Smart Citys y las Energías Renovables.
 Difícilmente en este entorno son muy pocos los clientes que conocen y se decantan por servicios de taxi “cero emission”, aunque afortunadamente poco a poco se van animando.

Quizás culpa de este retraso sea debido a que seamos prácticamente “anecdóticos” los taxis eléctricos en España. De hecho a fecha de hoy tan “solo” hay cinco unidades distribuidas por Valladolid, Tapia de Casariego (Asturias), Zaragoza, Cúllar Vega (Granada) y Bilbao respectivamente.

Afortunadamente, aunque tarde, cada son más las Comunidades Autónomas que se han concienciado de la necesidad de adoptar medidas “urgentes” para cambiar a un modelo “sostenible” y reducir la dependencia de los combustibles fósiles en los transportes públicos. Hay que tener en cuenta que son precisamente los transportes públicos los que más inciden en la contaminación atmosférica y acústica de nuestras ciudades.

Después de los kilómetros recorridos... ¿Qué cambiarías o mejorarías de tu vehículo?.

La verdad es que después de haber utilizado un vehículo eléctrico,  durante más de dos años prácticamente  a diario en un uso intensivo como es el trabajo de taxista y  haber recorrido más de 109.000 km., no tengo más que elogios por el buen trabajo que ha desarrollado Nissan con el LEAF.

Lógicamente lo más importante en un vehículo eléctrico es la autonomía que puede desarrollar, y es este aspecto el primero que se debe mejorar. Las otras mejoras son: una mejor eficiencia en el sistema de climatización del habitáculo y el cargador integrado de las baterías que sea más rápido para reducir los tiempos de espera. Aunque no sea tan necesario como las anteriores, siempre se puede intentar mejorar la capacidad del maletero.

Precisamente todas estas  mejoras se han incorporado de serie en la nueva versión del Nissan Leaf 2013.  

¿Cuáles son los aspectos clave que crees que deberían mejorarse para que la gente se decantase más por los vehículos eléctricos?

Lo primero que la mayoría de las personas piensan cuando se les habla de los vehículos eléctricos es que son “carísimos”. Y te responden que si fueran más baratos la gente les compraría sin pensarlo. Pues nada más lejos de la realidad. De hecho hace pocos días he leído un artículo en el cual se ponía de manifiesto que durante el pasado mes de Diciembre en el País Vasco tan solo se habían matriculado 30 vehículos eléctricos. Quizás esta cantidad pueda parecer elevada si la comparas con las registradas en otras Comunidades Autónomas. Pero en realidad son muy escasas si tenemos en cuenta que el País Vasco como en las Comunidades de Madrid y de Andalucía, tienen asignadas subvenciones extras que van desde los 4.500 a los 6.000 €uros.

Estas subvenciones se suman a las que otorga el Gobierno Central de 5.500 €uros. En resumen, si se suman ambas ayudas, se puede adquirir un Nissan Leaf por 19.500 €uros. También existen promociones “especiales” para gremios como los taxistas, que concretamente en la Comunidad Autónoma de Andalucía dejaba un Nissan Leaf por 16.300 €uros el modelo más básico.

Por otro lado debemos tener en cuenta que incluso siendo  el precio de adquisición del coche superior a otro de combustión o incluso híbrido, el rendimiento es muy superior y los costes de mantenimiento “mínimos”. Por tanto el balance final es que un vehículo eléctrico mucho más rentable a lo largo de toda la vida útil del coche.

En mi opinión la mayor dificultad radica en el cambio de mentalidad y quizás la falta de una mejor campaña de marketing por parte de las marcas. También influyen otros aspectos, la falta de interés que han mostrado muchas de las grandes marcas y que inexplicablemente haya todavía alguna que se esté planteando el sacar modelos eléctricos puros. Y por el contrario se haya apostado mucho más por la tecnología híbrida.

Tampoco ayuda en nada la indecisión que muchos programas de fomento y subvenciones a los vehículos eléctricos, se toman sin un objetivo claro y uniforme. Las medidas que se tomen deben de tener un amplio margen de tiempo para ofrecer confianza en los consumidores, vendedores y fabricantes.

El tema de los puntos de carga creo que es imprescindible una “mínima” red de puntos de puntos de carga rápida. Por supuesto en todas las capitales de provincia y luego paulatinamente se deberían instalar en los corredores más importantes. Estoy pensando por ejemplo que para ir a Santander a pasar un fin de semana o las vacaciones de  verano, sería necesario un punto de carga (mejor si es rápida) en Aguilar de Campoo o Reinosa por ejemplo. De esa forma se podría utilizar los coches eléctricos para un uso no solo urbano.

Por otra parte debemos fijarnos y copiar  los modelos que se están empleando con muchísimo éxito en otros países. Por ejemplo en la instalación de multitud de puntos de puntos de carga en áreas de servicio en las autopistas, en las zonas de grandes superficies, en hoteles, cadenas de restaurantes y prácticamente la totalidad de los parking públicos y privados.

Debemos  pensar que al hombre por naturaleza le cuesta mucho cambiar, y mucho más cuando se trata de una tecnología tan innovadora como es la de los coches eléctricos. Sirva de ejemplo que los coches híbridos llevan en el mercado 15 años (estoy pensando en el Toyota Prius que todos conocemos). Pues bien, de todos es conocido que en concreto el Prius se ha empezado a vender (hablamos de España por supuesto) desde hace 2-3 años. Justo cuando la crisis económica estaba en pleno auge.

A esto debemos añadir que el taxista en concreto es muy conservador (por decirlo finamente), y prefiere que sea otro el que corra el riesgo. Una vez hayan transcurrido unos cuantos años, y haya visto que al vecino le va bien el coche nuevo,  se lo pensará. Conclusión, serguirá tirando el dinero en combustible, repuestos, reparaciones, impuestos, ORA, y contaminando hasta que por fin abra los ojos o la cartera.


¿Cuál me compro?

Llegados a este punto, puede ser que muchos lectores se hayan convencido, quieran comprar un coche eléctrico, y quieran saber cual es el idóneo. Pues bien, aquí daremos una serie de pautas básicas y herramientas para elegirlo.

De entre todos los coches eléctricos el más vendido en España, y con diferencia, es el Nissan Leaf, que aparece como el preferido por los consumidores con un total de 263 matriculaciones, casi un 71% más que el año anterior. Esta situación se repite además a nivel mundial, donde Nissan encabeza el volumen de ventas con un total de 83.000 unidades vendidas de este coche 100% eléctrico en el último año.

Sin embargo, el mercado ha ido evolucionando y ahora tenemos muchos más vehículos, y con distintas prestaciones, por lo que al final tendremos que ser cautos y seleccionar el coche en función de los parámetros que más convincentes puedan ser, tales como el precio (actualmente existen diferencias interesantes), la autonomía y prestaciones de las baterías, o las prestaciones del vehículo en sí (velocidad o aceleración), donde también existen diferencias interesantes.

Al final, y por aquello de no aburrir al lector con inútiles disquisiciones sobre las bondades y defectos de unos u otros, he optado por hacer una pequeña labor de investigación y recolección de datos e incluir una breve tabla comparativa con las principales características de las primeras marcas y modelos actualmente disponibles:

Tabla de elaboración propia no exhaustiva a partir de diversas fuentes de información.

El análisis realizado en la tabla es sólo para vehículos eléctricos (BEV) y eléctricos con autonomía extendida (REEV), no entro a analizar los híbridos o híbridos enchufables, por considerar que exceden el ámbito de análisis este artículo. Los datos ofrecidos de características técnicas son los establecidos por cada marca en las fichas técnicas de sus modelos, y el precio ofrecido el promedio de los encontrados. En cuanto a la autonomía extendida hay que tener en cuenta que algunas marcas ofrecen el vehículo eléctrico en sus dos versiones (2V), y en estos casos los datos técnicos aportados serán siempre los del vehículo eléctrico.

Bajo mi punto de vista, a la hora de comprar , y si uno termina por decantarse por un coche eléctrico, lo primero que debe hacer es informarse bien del "alma mater" del vehículo: LA BATERÍA. La batería es actualmente el punto más delicado de los vehículos eléctricos y el consumidor tiene que hacer especial hincapié en este asunto, comprobando modalidades de adquisición (algunos fabricantes, como Renault, no las venden con el vehículo, sino que las alquilan), garantía ofrecida y número mínimo de recargas previsto sin decaimiento, autonomía ofrecida, modo de gestión de la energía del vehículo, modos de recarga, etc.

Por otro lado, es recomendable que el lector procure tener una prueba con el vehículo y vea sus prestaciones de conducción. En este punto existen grandes diferencias entre los distintos modelos y es recomendable ver si el vehículo responderá a todas las necesidades del conductor tanto en velocidad como en potencia y aceleración.


El futuro de los coches eléctricos:

El futuro de los coches eléctricos se decanta por la mejora de los aspectos más desfavorables de su diseño actual. 

Parte de las principales líneas de trabajo de las marcas está actualmente en el desarrollo de nuevas baterías con mejores prestaciones y que permitan una mayor autonomía, un menor coste, menores dimensiones y pesos, menores tiempos de recarga, una vida útil más larga, etc. 

En el campo del almacenamiento de energía se están realizando ya grandes avances, el uso cada vez más extendido de ultracapacitores como sistema a usar en paralelo con las baterías para la recuperación de energía en las frenadas regenerativas, evitando así que la batería sufra un pico de energía que pueda afectar a su vida útil, ha sido todo un avance que cada vez incorporan más vehículos.

Además, empiezan a surgir soluciones que permitirán fuertes mejoras en los próximos años. Sin ir mas lejos, científicos del laboratorio de Berkeley anunciaban ya el 27 de noviembre del año pasado que habían logrado obtener una batería de Litio-Azufre, similar a las que utilizan habitualmente los coches eléctricos Litio-Ion, pero con una mayor densidad de energía (cantidad de energía almacenable por kilo de peso) y mayor vida útil. Esto llevaría en poco tiempo a conseguir que los coches eléctricos pudieran incluso duplicar su autonomía por carga (llegando hasta casi los 480 km) y tuviesen un periodo de vida útil de las baterías mayor, cifrado hasta en 1.500 cargas sin decaimiento.

Por otro lado, surgen otras ideas como los Coches Eléctricos Online (OEV). Esta tecnología, que ya se está probando en Seúl, ha sido calificada como una de las diez tecnologías emergentes que revolucionarán el día de mañana nuestro modo de vida, y permitirá a estos nuevos coches eléctricos recibir en remoto la energía eléctrica que necesitan para moverse desde la propia carretera. La idea es proporcionar la energía necesaria al coche a través de campos electromagnéticos generados por cables dispuestos bajo el asfalto que el vehículo recoge a través de un sistema de bucles dispuesto en su parte inferior, parte de la energía la podría utilizar para moverse y la otra para almacenarla en baterías (ahora mucho más reducidas) para cuando se encuentre en modo offline.

La hibridación de la tecnología eléctrica, más allá de los actuales coches híbridos con motores convencionales, tampoco es descartable. Y el mercado empieza a plantearse también interesante alternativas al respecto, tal y como de hecho ya se planteaba en un artículo anterior de este blog "Regreso al Futuro V. Preparando el Terreno a DOC"

Algunos vehículos de gran tonelaje, como autobuses o camiones han apostado por la hibridación de vehículos (gas natural / eléctrico), y unos pocos por la utilización de vehículos eléctricos con motor de gas en serie para la realimentación de la batería. Otros fabricantes piensan también en hibridar la tecnología de combustión de hidrógeno con la eléctrica, proporcionando así un motor de propulsión alternativo, o incluso un sistema de autonomía extendida de impacto ambiental nulo.

En definitiva, las perspectivas futuras de la movilidad eléctrica son más que esperanzadoras, y ponen a este tipo de vehículos en el punto de mira para los próximos años, siendo ya una alternativa real, económica y ambientalmente respetuosa que todos deberíamos estudiar cuando pensemos en comprarnos un coche.



Webs de referencia que consultar sobre el coche eléctrico:

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